Mis relojes favoritos son Junghans Max Bill . Son uno de los relojes alemanes más influyentes y subestimados. Su diseño fue realizado en 1962 por uno de los diseñadores suizos más extraordinarios del siglo pasado, el arquitecto, pintor, escultor y diseñador de productos Max Bill.
Bastante minimalista, ¿verdad?
Surgiendo de los ideales modernistas y constructivistas, el estilo suizo puede definirse como una auténtica búsqueda de simplicidad: la belleza en el subrayado de un propósito, no la belleza como un propósito en sí mismo.
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“La perfección se logra, no cuando no queda nada por agregar, sino cuando no queda nada por eliminar”.
Antoine de Saint-Exupéry
El principio “la forma sigue a la función” se convirtió en un grito de batalla de los arquitectos modernistas después de la década de 1930. Inspirado en este principio, el diseño de esos relojes está dedicado a los elementos mínimos de estilo, como líneas limpias, geometría simple y un tipo único en lugar de texturas.
Max Bill también fue un talentoso pintor abstracto. Su arte se basó en la liberación total de formas abstractas con cualquier asociación con la realidad porque, para ellos, las líneas y los colores son lo suficientemente interesantes para ellos mismos.
El maestro mismo.