En mi opinión, su mejor opción es comprar productos de alta calidad, sean o no “caros”.
Esto es especialmente cierto cuando, como señaló, sabe que 1) El producto más caro tiene una vida útil significativamente más larga que el más barato y 2) Personalmente obtendrá mucha utilidad al poseer el producto.
A la larga, encontrará que comprar productos de baja calidad a menudo termina siendo más costoso ya que tiene que reemplazarlos constantemente. Considere si esta dinámica se aplica o no al tomar sus decisiones de compra.
El principal riesgo de depender exclusivamente del precio como indicador de calidad es que las empresas saben que los consumidores asocian el precio alto con la alta calidad y, por lo tanto, pueden intentar cobrar de más por productos de baja calidad.
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Es por eso que creo que la calidad, más que el precio, debería ser su principal criterio de decisión de compra. ¡Encontrar un producto de alta calidad a un precio bajo / razonable es una de las pequeñas victorias que siempre te alegrarán el día!