La industria relojera suiza no se ve afectada por la innovación tecnológica, pero hay cuatro posibles razones para la caída continua de las ventas.
Una de las diferencias fundamentales entre las compañías de relojes y las compañías tecnológicas de hoy es que los suizos han aprendido a construir sus relojes desde adentro hacia afuera: comienzan con un tamaño de movimiento predefinido y agregan componentes a su alrededor. Las empresas de tecnología lo hacen de la manera opuesta y construyen relojes inteligentes desde afuera: intentan incorporar la mayor cantidad de tecnología posible en el volumen más delgado posible.
Como consecuencia, los suizos tienden a utilizar procesos simples y rentables, como el punzonado, estampado y forjado de metales, que tienen costos muy bajos de moldes. Las empresas tecnológicas utilizan el moldeo por inyección, que requiere moldes caros y elegantes, y mucho mecanizado CNC que agrega muchas horas de trabajo al costo.
En base a esas diferencias, no es de extrañar que los suizos puedan producir tan solo 1000 relojes y obtener ganancias, mientras que las compañías tecnológicas corren el riesgo de quedarse en rojo si no venden más de 100,000 relojes inteligentes.
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Con respecto a la caída en curso en las ventas de relojes suizos, aquí hay cuatro posibles razones:
- Fin de una burbuja de especulación en el mercado chino y de Hong Kong, que permitió a algunas marcas duplicar sus ventas entre 2007 y 2013, ocultando así temporalmente el daño de la crisis de alto riesgo.
- Cambio generacional: el consumidor típico ha envejecido y ha sido reemplazado por los Millennials, que no ven mucho sentido usar un reloj.
- Alza de precios: entre los años 1980 y 2010, los relojeros suizos han estado aumentando el precio de los relojes más allá de lo razonable. El siguiente cuadro muestra la evolución de los bienes inmuebles suizos (rojo), los salarios (azul) y el precio del Omega Speedmaster Professional (verde). Este reloj todavía se fabrica hoy con el mismo diseño y materiales que en 1969:
- Falta de novedad: las marcas suizas siguen fabricando el mismo tipo de relojes, pero los consumidores quieren algo fresco, divertido y emocionante. Las marcas financiadas por crowdfunding lo han entendido y lo están aprovechando.