¿Cómo explicaría el psicoanálisis freudiano la afición de las mujeres por los zapatos?

¿Zapatos? ¿Te refieres a esas vaginas portátiles que pueden mostrar estatus social, proyectar autopercepción y publicitar la sexualidad?

Agregue a eso la intimidad cultural y la sexualización de los pies, y cómo exponerlos al mismo tiempo que los oculta sumergiéndolos en un análogo de órgano sexual permite acicalarse sin cruzar lo que puede considerarse grosero.

Los pies, nuestra conexión con la Madre Tierra, tienden a reflejar quiénes somos a través de dónde hemos estado y cómo vamos. Muchos zapatos significan muchas modalidades: proliferación, adaptabilidad, conectividad. Esto no se trata simplemente de sexualidad.

Para combinar los aspectos reproductivos y conectivos de los zapatos, también se los puede considerar como un entorno materno. La apariencia y el estilo del calzado denotan la intención de habitar los artículos: son una manifestación y objetos de magia simbólica hacia la influencia literal y no literal del parto que la mujer desea tener.

Esto, por supuesto, aquí supone que el “psicoanálisis freudiano” refleja de manera inherente el sesgo de género de la pregunta que se hace y, por lo tanto, una dirección de la naturaleza de género de la redacción o concepto es irrelevante. Estas no son estrictamente las filosofías del propio Freud, así que no lo malinterpreten como una representación histórica. El uso de la palabra “would” implicaba específicamente una modernización.

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I. Las aberraciones sexuales. Sigmund Freud. 1910. Tres contribuciones a la teoría sexual