Debido a que nuestra sociedad no los acepta como seres humanos normales e incluso el gobierno de la India nunca los reconoció hasta que la Corte Suprema los aceptó como tercer género en abril de 2014.
Como no había un tercer género legalmente reconocido, no podían solicitar ningún trabajo, ya que cualquier trabajo necesita uno para declarar allí el género. Sin otra opción para sobrevivir, tenían que mendigar o trabajar como artistas. Y desde hace siglos fueron contratados como artistas o como ayudantes personales de mujeres de familias efluentes. Como tenían que pasar todo su tiempo con las mujeres, tenían que comportarse o se esperaba que se comportaran y se presentaran de manera femenina, lo cual se convirtió en una tradición, como cualquier otra cosa en la India que se siga durante mucho tiempo, se marca como una tradición.
La tradición y la negación de oportunidades son la razón principal por la que tienen que usar sari independientemente de su propia elección.